Agatha Christie, la autora de grandes obras de misterio llevadas a la gran pantalla

SARA CUESTA | Agatha Christie es una de las escritoras más importantes del mundo de las novelas de suspense y misterio. Con un total de 80 libros dentro de esta categoría, un importante número de sus obras han sido llevadas a la gran pantalla, ya sea literalmente o de un modo más libre. Así mismo, en 1979 el británico Michael Apted dirigió un film sobre la vida de la novelista británica, concretamente sobre el misterioso caso de su desaparición durante varios días en los años 50.

Agatha Christie escribiendo en su máquina

Reina del crímen

Agatha Christie es conocida como la Reina del crímen, dado que todas sus obras son policiacas y giran en torno a un personaje principal: un detective que lleva a cabo una serie de investigaciones para resolver un misterioso caso.

Poirot fue su detective más exitoso

A lo largo de su vida, esta escritora británica llegó a publicar más de ochenta novelas y obras de teatro de este estilo literario. La mayoría de ellas estaban protagonizadas por  un total de siete personajes diferentes, todos ellos detectives, que en ocasiones se agrupaban para resolver el crimen. Un gran número de las novelas estaban protagonizadas por los que se convirtieron en sus detectives principales: Hércules Poirot y Miss Marple.

Una de las características principales de la prosa detectivesca de Agatha Christie es que se desarrolla en lo que se denomina el whodunit. Esto permite al lector ensayar hipótesis e intentar adivinar la identidad del culpable antes de acabar la lectura del relato.

 La gran pantalla

Un importante número de sus obras fueron utilizadas como base para la realización de varias películas cinematográficas. Es el caso, entre muchas otras, de «Asesinato en Orient Express» , con la que Ingrid Bergman  consiguió un Oscar a mejor actriz, o «Muerte en el Nilo», con la primera aparición de Peter Ustinov, que a partir de entonces representaría en sucesivas ocasiones el papel del detective Poirot. Así, se llegaron a hacer más de 30 películas sobre novelas de Christie o basados parcialmente en ellos.

También se llevó a la gran pantalla «Agatha», en el año 1979, en el que la escritora es la protagonista. Papel representado por la actriz Vanessa Redgrave. Esta película fue dirigida por el británico Michael Apted, que intentó dilucidar sobre la misteriosa desaparición de la propia novelista durante varios días (once, exactamente) en la década de los años 50.

Vídeo sobre la desaparición de Agatha Christie (Cuarto Milenio). Duración: 04:57

Iciar Bollaín e Isabel Coixet: dos directoras contra los malos tratos

SARA CUESTA | Las directoras españolas Isabel Coixet e Iciar Bollaín han centrado gran parte de su carrera profesional en la lucha contra la violencia de género en un intento por hacer comprender a los espectadores la realidad de estas situaciones. Han aportado así su granito de arena para cambiar la sociedad, aún machista, en la que vivimos. 

  

Isabel Coixet e Iciar Bollaín en acción

 

Gracias a las películas y documentales de estas dos cineastas, la problemática de la violencia de género, la experiencia de las víctimas y la personalidad de sus verdugos ha penetrado cada vez en más hogares.

Los malos tratos a través del cine

Escena «Te doy mis ojos»

«Te doy mis ojos», de Iciar Bollaín, es una historia de amor y malos tratos narrada desde una perspectiva poco común: la del propio maltratador. Gracias a ello, el público conoce más en profundidad el perfil del maltratador, comparte la angustia, el terror y la impotencia de la víctima, y acaba comprendiendo el proceso cíclico y eterno propio de estas situaciones.

Aunque se han realizado infinidad de documentales, cortometrajes y películas acerca de los problemas de la violencia de género en diferentes países del mundo, lo magistral de las obras dirigidas por Iciar Bollaín reside en buscar enfoques diferentes que huyen de lo visual y recurren a lo psicológico, logrando meter a los espectadores en la piel de los protagonistas. De ese modo, el proceso de concienciación social aumenta su campo de penetración así como su efectividad.

Posibles causas de la violencia de género
 

Isabel Coixet , vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) , por su parte, ha realizado, entre otros, el documental «La mujer cosa de hombres», en el que se pone de manifiesto la cosificación de la mujer en el mundo del cine y la publicidad  de los años cincuenta identificándolo como una de las posibles causas del machismo latente en nuestra sociedad actual y, por tanto, responsable, en cierta medida, de la violencia de género.

 

Primera parte del documental contra la violencia de género de Isabel Coixet «La mujer cosa de hombres». Duración: 09:39

 Se dice que la publicidad es uno de los más fieles reflejos de una sociedad y sus costumbres. Observando los diferentes fragmentos publicitarios que se muestran en el documental, en los que la mujer se considera como un objeto, un complemento, o incluso un bien del hombre, se aprecia claramente el tipo de sociedad y de organización familiar que había en los años cincuenta. Pero, a medida que el documental avanza surge una importante cuestión: ¿realmente la publicidad ha cambiado tanto en las últimas décadas? Al fin y al cabo, anuncios como los de Axe siguen teniendo una cierta connotación machista. Y, por lo tanto, ¿ha cambiado nuestra sociedad tanto como pensamos? o, por el contrario, ¿todavía nos encontramos ante una sociedad marcada por la desigualdad de sexos?

Sally Hemings: una vida llevada a la televisión

SARA CUESTA | Sarah Sally Hemings fue una de las primeras esclavas en conseguir su propia libertad. Amante y compañera de Thomas Jefferson hasta el día de su muerte, tuvo con él siete hijos, pero su descendencia no fue reconocida hasta que en 1998 una prueba de ADN demostró la veracidad de su historia. La semana pasada TVE estrenó, por primera vez en España la mini serie acerca de la apasionante vida de esta mujer fuerte, luchadora y llena de principios que ayudó a cientos de esclavos negros a huir en busca de la libertad.

 

retrato de Sarah Sally Hemings

 

Orígenes

Sarah Sally Hemings nació en 1773 en Shadwell, Albemarle County, Virginia, según se dice, fruto de una relación extramatrimonial entre el suegro de Thomas Jefferson, John Wayles, y una de sus esclavas, Elisabeth Hemings. Así pues, Sally Hemings era la hermanastra de Martha Wayles Skelton Jefferson, con la que se casó Thomas.

Un viaje a Paris cambió su destino

Cuando Thomas Jefferson enviudó se instaló en Paris y pidió que una de las esclavas de su difunta esposa, Polly, fuese a su nuevo hogar para ayudarle en la educación de su hija pequeña, María. Sin embargo, Polly había dado a luz recientemente por lo que en su lugar enviaron a la joven Sarah Sally. De ese modo, Sally aprendió la lengua francesa y conoció las ideas liberales del país. En Francia la esclavitud había sido abolida en 1789.

Sally y Jefferson establecieron una relación de amistad dela que surgió un embarazo. En ese momento la joven Hemings podía elegir entre quedarse en Francia y ser libre o volver a Estados Unidos como esclava de Thomas. A pesar de la tentadora oportunidad, escogió volver a Estados Unidos con la condición de que Thomas Jefferson aceptase concederle la libertad a su hijo, y éste accedió.

A su regreso Sally y su hijo se instalaron en Chalottesville, propiedad de Jefferson. Allí ambos tuvieron seis hijos más. Aunque ninguno de ellos llegó a ser reconocido por Thomas Jefferson, fueron los únicos esclavos a los que concedió la libertad en su testamento. Sally, por su parte, la obtuvo muchos años antes pero se quedó junto a Jefferson toda su vida por su propia voluntad.

Descendientes de Sally Hemings hablan sobre su historia. inglés. Duración:

A pesar de que tanto la familia Jefferson como la familia Hemings confirmaban la historia de Sarah Sally Hemings y Thomas Jefferson, sus descendientes no han sido reconocidos hasta el año 1998, gracias a una prueba de ADN.

 

Leni Riefenstahl:una directora marcada por el nazismo

Leni tras las cámaras

SARA CUESTA | Helene Bertha Amalie Riefenstahl, conocida como Leni Riefenstahl, marcó un antes y un después en el papel de las mujeres tras las cámaras. En torno a 1935 se convirtió en la primera mujer en ganar reconocimiento internacional como directora de cine. De hecho, las técnicas innovadoras que empleó en sus películas siguen siendo utilizadas y admiradas a día de hoy.

 

Amante incondicional del arte

Leni Riefenstahl sentía una verdadera devoción por el arte en general. Creía fervientemente en la supremacía de ésta por encima de todas las cosas. Ya con 16 años comenzó a a cudir a clases de ballet en la Grimm-Reiter Dance School de Berlín, donde se convirtió en la alumna estrella e inició su carrera profesional como bailarina.

Sin embargo, cuando en 1924 descubrió el denominado cine de montaña, inventado por el director Arnold Fnack, cambió su carrera como bailarina por la de actriz, protagonizando varios films del citado autor, tales como «The Holy Mountain» o «The Big Jump», entre otras. Durante esos años ganó varios seguidores entre los que se encontraba el entonces cadidato presidencial Adolf Hitler. La última de estas películas sería «The Blue Light» (La luz azul), en la que no sólo sería la actriz protagonista sino que ella misma dirigiría. A pesar de su pasión por el cine de montaña, Riefenstahl dió un enfoque completamente diferente a su película, como si de un relato místico se tratase. La joven había estudiado la estética cinematográfica de los grandes maestros rusos, como Pudovki o Eisntein, pero le confirió al ritmo de sus películas una mayor suavidad, feminidad y elegancia.

Una directora marcada por el nazismo

Riefenstahl quedó impresionada por las cualidades que Adolf Hitler tenía

Leni en su época nacionalsocialista

como orador. Algo que se puede apreciar claramente en la descripción que realizó en sus propias memorias sobre la primera vez que lo escuchó hablar: «Yo tuve una visión casi apocalíptica que nunca pude olvidar. Me dio la impresión de que la tierra se estaba abriendo en frente de mí, como un hemisferio que de pronto se parte por la mitad expulsando un enorme chorro de agua, tan poderoso que toca el cielo y remece la tierra».

A partir de ese momento, Leni consigue conocer a Hitler personalmente y éste le ofrecerá convertirse en la directora de varios documentales sobre diversas reuniones del partido Nazi. Estos documentales, con un fondo de propaganda política, se conocen como la triología de Nuremberg. El primero fue «Der Sieg des Glaubens» (Victoria de fe), de 1933. Trabajo con el que la directora no quedó plenamente satisfecha debido a sus incompatibilidades y desacuerdos con el ministros de Propaganda y cabeza del cine, Goebbels. En el segundo, «Triumph des Willens« (El triunfo de la voluntad), de 1934, Leni contó con más libertad a la hora de realizar su trabajo. Éste fue considerado como un verdadero monumento cinematográfico a favor del nazismo y del Tercer Reich. El tercer y último documental se refiere, «Tag Der Freiheit : Unsere Wehrmacht» (Día de libertad: nuestras fuerzas armadas), de 1935, serían dieciocho minutos centrados en el ejército alemán.

Olympia: su obra maestra

Aunque todas sus obras son admiradas técnica y cinematográficamente, fue su documental «Olympia» el que se considera su obra maestra. Se trata de una película dividida en dos partes, «El festival de los pueblos» y «El festival de la belleza», en la que se documentan los Juegos Olímpicos celebrados en Berlín en 1936.

Olympia (1938)

Leni admiraba, ante todo, la belleza del cuerpo humano, independientemente de la raza o el color de la piel. De ahí que, a pesar de las quejas de Goebbels, el documental incluyese imágenes del atleta afroamericano Jesse Owens, que ganó cuatro medallas de oro y a quien Hitler negó el saludo en la entrega de premios. Pese a su intento por mantener al mergen cualquier tipo de intención política, ésta se introdujo por añadidura.

Asímismo, la técnica y los recursos utilizados eran, para la época, completamente innovadores. De hecho, podría afirmarse que Riefenstahl desarrolló la mayoría de las técnicas para filmar deportes que hasta hoy se tienen por fundamentales. Sería una de las primeras realizadoras en situar cámaras en rieles con el fin de seguir los movimientos de los atletas, e incluiría tomas a cámara lenta.

Controversias

A pesar de la calidad de sus películas y de su reconocimiento internacional, sus películas no eran bien recibidas fuera de Alemania. Ni siquiera Olympia, que no trataba temas del nacionalsocialismo, llegó a proyectarse en norteamerica. El motivo fueron unas declaraciones de la directora en la que identificaba a Hitler con un hombre casi perfecto. Estas declaraciones empañaron toda su gira.

Así mismo, se vio involucrada en otros conflictos, como su aparición en varias fotografías vestida con uniforme militar alemán en compañía de varios soldados, durante la invasión alemana a Polonia.

Ruptura con el nazismo

No obstante, cuando en 1944 su hermano muere en el frente ruso de la guerra, Riefenstahl da un giro a su vida. Se casa con Peter Jacob, oficial de la Wehrmacht, al tiempo que pone fin a su amistad con Hitler y se promete no volver a rodar ninguna cinta relacionada con los Nazis durante el resto de su carrera.

En 1945 fue detenida por tropas norteamericanas y retenida en diversas prisiones durante tres años. Sin embargo, nunca llegó a ser condenada ni por sus películas propagandísticas ni por usar prisioneros de los campos de concentración en sus cintas. Años más tarde, reconoció la fascinación que sentía por la política Nacional Socialista, pero negó tener constancia de cualquier tipo de crimen de guerra.

Respecto al hecho de haber conocido a Hitler y haberse hecho su amiga, dijo: “Fue la mayor catástrofe de mi vida. Hasta el día de mi muerte la gente dirá, ´Leni es una Nazi´, y yo seguiré diciendo, ´¿Pero que fue lo que hice?´”.

En cualquier caso, Leni Riefesntahl prosiguió con su carrera cinematográfica hasta el fin de sus días. Se fue a África a conocer a la tribu de los Nuba, en Sudán, y conoció al camarógrafo Horst Kettner, con quien inició una relación sentimental que mantendría hasta su muerte. Allí realizó una labor fotográfica que dio lugar a la publicación de dos libros de fotografía, “The Last of the Nuba” y “The People of Kau”, en 974 y 1976 respectivamente, convirtiéndose de inmediato en bestsellers a nivel internacional.

Fotografías de Leni Riefenstahl de la tribu de los Nuba y su belleza (04:20)

Su última película fue estrenada en 2002, cuando ella tenía cien años de edad. Era un documental titulado «Underwater Impressions», que idealizaba la vida bajo los océanos. En aquel entonces se convirtió en la buceadora más vieja del mundo. Un año después, cuando tenía 101 años, se casó con su pareja desde hacía años, Horst Kettner, y fallecería pocos meses después durmiendo en su cama, tras una larga y dura batalla contra el cáncer.

El eterno debate de la carrera de Leni

El eterno conflicto que plantea el cine de Leni Riefenstahl es el choque entre ética y arte. ¿Hasta que punto deberían admirarse sus innovaciones cinematográficas y la gran calidad de sus películas y documentales cuando la ideología que éstos defendían supone algo en contra de todo principio moral y humano? ¿Puede realmente separarse el arte de la ética? Este debate permanece latente en la actualidad y, probablemente, nunca se llegue a una única conclusión.

Vera Caspary: guionista

SARA CUESTA | Vera Caspary consiguió algo que muy pocas mujeres lograron. Convertirse en una escritora y guionista de renombre en una época en la que las mujeres que triunfaban en el mundo del cine lo hacían delante de las cámaras.

Vera Caspary (1899-1987)

A principios del siglo XX sólo unas pocas mujeres fueron capaces de vivir al margen de las tendencias y las normas sociales del momento, tal y como es el caso de las grandes actrices del cine, como Katharine Hepburn, Ingrid Bergman o Lauren Bacall, entre otras. Sin embargo, todas ellas triunfaron en la gran pantalla gracias, en gran pare, a sus rostros y, obviamente, a su admirable capacidad de interpretación. Pero hubo algunas mujeres capaces de dar un paso más y ofrecer una faceta más intelectual y creativa de sí mismas. La escritora norteamericana Vera Caspary fue una de ellas.

Hija de inmigrantes judíos procedentes de Alemania y Rusia, se mostró toda su vida simpatizante con el Partido Comunista, con el que colaboraba a través de donativos económicos o literarios, pero nunca de forma activa. Algo que la llevaría a ser incluida en la famosa «lista gris», lo que la obligaría a abandonar el país junto a su esposo al negarse a declarar.

Sus inicios

Vera Caspary comenzó escribiendo “Sergei Marinoff Escuela de Danza Clásica”, que consistía en un curso de danza por correo. A partir de ahí escribió todos los materiales para otros cursos por correspondencia, incluyendo uno para aprender a escribir guiones. Asimismo, publicó artículos en diversas revistas, como “la revista de huellas dactilares” o en la “Dance Lovers Magazine”. Su primera obra publicada fue “Señoras y señores”, en 1929. A partir de ese momento comenzó a ser algo conocida.

Sus novelas, la mayoría de misterio y suspense, fusionaban con eficacia la bísqueda de la identidad de la mujer y el amor con parcelas de asesinato. La clave de sus protagonistas era una clara independencia. Todas ellas solían ser mujeres trabajadoras que defendían su derecho a dirigir su propia vida.

imagen de Laura

Sin embargo, su verdadero éxito le llegará gracias a la obra que lleva por título “Laura” que ella misma llevará al cine de la mano del director autríaco  Otto Preminger, y acabaría por convertirse en una de las obras cumbre del Cine Negro Americano.

Cabeza de familia durante toda su vida

 Al morir su padre, pasó a encargarse de la sustentación económica de su casa, manteniéndose a sí misma y a su madre. Una situación que se mantendría hasta el resto de su vida. Pero no sólo eso. Vera Caspary se enamoró locamente de Igee mmm mmm, un tatata británico que estaba casado. Durante un tiempo fueron amantes hasta que, con el paso de los años, éste obtuvo el divorcio por abandono del hogar y se fue a vivir con Vera en una casa comprada por ella misma. Tras siete años contrajeron matrimonio y fundaron conjuntamente, aunque subvencionados por los ahorros de Caspary, una pequeña compañía de producción llamada “Gloria Films” que produjo la comedia “Tres maridos”, con Eve Arden y Warwick Ruth, y la película de cine negro”La bufanda”, protagonizada por John Ireland y Mercedes McCambridge. Finalmente, la empresa se fue a pique y ambos quedaron arruinados. Una vez más, Vera Caspary fue la generadora de los ingresos para vivir.

Katharine Hepburn: Una vida dedicada al cine

SARA CUESTA | Uno de los rostros femeninos más emblemáticos del mundo cinematográfico ha sido el de Katharine Hepburn. Esta artista de la interpretación, fallecida hace ya siete años, está considerada la mejor actriz de todos los tiempos según el American Film Institute  Ver imagen en tamaño completo y ha sido la más galardonada de la historia del cine, con cuatro Óscar y doce nominaciones.

 

Katharine Hepburn

Una actriz poco interesada por los premios

Jamás le dio importancia a estos premios que reconocían su carrera. De hecho, no acudió personalmente a ninguna de las galas de entrega de los Óscar salvo en 1974. En esa ocasión, apareció vestida con un pijama en protesta por la banalidad de los Premios, y entregó el suyo a Irving Thalberg. Además, no se quedó ninguna de las figuritas de bronce sino que las cuatro fueron donadas al Empire State Building de Nueva York puesto que ella siempre opinó que si no iba a recogerlos, tampoco debía tenerlos.

Una mujer moderna

Pero más allá de una cara bonita, una silueta de escándalo y una capacidad interpretativa fuera de lo común, Hepburn demostró ser una mujer adelantada a su tiempo. En el campo profesional siempre actuó según sus convicciones negándose a someterse a las normas de Hollywood y rompiendo, así, todo tipo de convencionalismos. Algo que también se extendió a su vida personal. Vestía siempre con pantalones, en una época en la que ninguna mujer se atrevía a hacerlo. Se cuenta que en una ocasión en la que le escondieron sus pantalones y sus zapatillas, apareció en ropa interior ante los periodistas y reporteros, perplejos ante la imagen que estaban viendo. Además, desafió todas las normas morales al mantener una aventura durante casi treinta años con el actor de cine Spencer Tracy que, debido a su educación católica, prefirió la infidelidad al divorcio. Asimismo, decidió de motu propio no tener hijos para centrarse en su carrera profesional. Algo que a día de hoy puede parecer normal pero que en aquel entonces se salía de todos los parámetros sociales establecidos. Además, fue una de las primeras mujeres en manejar su carrera cinematográfica cuando compró los derechos de Historias de Filadelfia.

A pesar de su increíble éxito, y de ser calificada por la revista Esquire como una de las cincuenta personas más influyente del siglo XX, la actriz mantuvo hasta el fin de sus días una actitud muy discreta y reservada en lo que a su vida personal respecta. Mantuvo una relación muy profesional con los periodistas. Asimismo, participó en las manifestaciones contra la famosa «caza de brujas» llevada a cabo durante el mandato de McCarthy contra todos aquellos favorables al comunismo. Uno de los principales blancos de esta inquisición política fue el mundo del cine. Ante esta situación, más de quinientos profesionales del cine, entre los que se encunetra Katharine Hepburn, movilizan el denominado Comité de la Primera Enmienda, manifestando su oposición a la caza de brujas y defendiendo la libertad.

Por todo ello el director Frank Capra dijo de ella, Katharine Hepburn, que «hay mujeres, y además está Kath. Hay actrices, y además está Hepburn». Así pues, esta mujer que dedico su via entera al cine, fue única.

 Homenaje a Katharine Hepburn en la gala de los Oscar (Julia Roberts). Duración 05:20